Somos un 65% agua, y cada una de nuestras 35 billones de células esta bañada en lo que Alfred Pischinger denomino matriz extracelular, compuesta de fibras, sustancia amorfa y agua.

Además de aportar sostén mecánico a nuestra estructura, es en este lugar donde se realizan la gran mayoría de las funciones de intercambio metabólico, (recordemos que la sangre no vierte su contenido en nutrientes en el interior de la célula, si no que lo deposita esta zona), también es una zona donde se comunican nuestros mediadores nerviosos, y lugar donde se inicia la defensa inmunitaria, la inflamación y la regeneración celular. Podríamos decir que es aquí, en el sistema básico de Pischinger, donde se codirige el rendimiento de todo el organismo, para de esta forma mantener una buena homeostasis.

Las toxinas endógenas, producto del metabolismo celular, y las exógenas provenientes del exterior, tanto orgánicas (comida, respiración, bebida) como psíquicas (“eres tonto, eres tonto, eres tonto”) se concentran en estas zonas para posteriormente ser reconducidas por nuestros órganos emuntorios (riñón, digestivo, respiratorio) hacia el exterior de nuestro cuerpo.

La calidad de vida de nuestras células va a depender de la calidad del líquido en la que están “bañadas” teniendo que tener este los nutrientes necesarios para sobrevivir y estar lo más libre posible de toxinas, ya que si no, este acumulo excesivo de metabolitos llegara a obstruir los filtros naturales del cuerpo impidiendo su normal funcionamiento y en consecuencia el del resto del organismo (un filtro de aceite de un coche que este sucio puede llegar agripar el motor)

Mediante el drenaje general no solo se produce una fuerte reducción de toxinas y de los trastornos de la función celular, sino que además aumenta la eficacia de los medicamentos spagyricos al trabajar en un terreno limpio, ya que los sistemas autorreguladores y las interacciones entre ellos no están bloqueados por la presencia de sustancias interferentes.

El drenaje debe interpretarse como un acto de ayuda al organismo, siendo los licores spagyricos drenadores y regeneradores del tejido sobre el que tienen tropismo, su función consiste en depurar la matriz extracelular, energetizar nuestros órganos de eliminación y canalizar las toxinas tanto materiales como psíquicas hacia el exterior.

El drenaje general es una práctica muy común en spagyria sobre todo en patologías crónicas, así como en pacientes polimedicados.